6. EL BUEN PROFESOR
TRABAJANDO EN LA EDUCACIÓN
Un buen profesor es la base de una educación exitosa y
para que esto sea así precisa tener una serie de habilidades personales y
profesionales. Porque enseñar no es
solo transferir conocimientos, es mucho más, se trata de saber crear las condiciones necesarias para que
los alumnos aprendan a pensar y a construir su propio conocimiento sobre
el mundo que les rodea.
Un buen profesor necesita no solo un amplio
conocimiento de la materia que imparte y un plan de estudio; necesita ser entusiasta, cariñoso y empático pero también firme
y respetuoso, responsable, flexible y comunicativo.
Estas entre otras características conforman las claves para ser un buen
profesor.
LAS CLAVES PARA SER UN BUEN PROFESOR
Un buen docente entre las muchas habilidades que debe
desarrollar ha de mostrar ante todo:
1. Empatía, para ponerse en el lugar del alumno y entender sus dificultades o
inquietudes; entenderle y ayudarle a superar los obstáculos que le frenan o
para ponerle los retos necesarios que le permitan ir más lejos.
2. Paciencia, para tratar tanto con aquellos alumnos que les cuesta mucho como para los
que siempre quieren más, para saber esperar a los más lentos pero
también para adaptarse a los que acaban demasiado rápido.
3. Entrega por su profesión y
por el trabajo que ejerce. El buen profesor se preocupa por
transmitir y contagiar el afán de superación que supone aprender sin importarle
el número de alumnos por clase ni las diferencias cognitivas, culturales,
sociales o económicas que existan entre ellos.
4. Entusiasmo por lo que hace, capaz de motivar a sus alumnos y contagiarles las ganas de
aprender y saber. Un entusiasmo capaz de llegar al alumno y hacerle despertar
la curiosidad ante lo que le rodea.
5. Creatividad. Un buen profesor ha de ser capaz de ser creativo tanto en el modo de
atraer la atención de los alumnos como en la forma de exponer sus conocimientos
creando lecciones únicas, cautivantes y dinámicas.
6. Flexibilidad. Ante una situación especial o problema debe ser capaz de cambiar y
encontrar el camino para que todos los alumnos comprendan el concepto que está
explicando. Cambiar el rumbo y adaptarse a las necesidades del grupo clase.
7. Coherencia en sus decisiones. Un buen maestro debe saber poner normas y reglas en su aula
coherentes y consistentes, debe ejercer la autoridad que su posición le otorga
sin caer en el autoritarismo, lo que le restaría credibilidad y alejaría de sus
alumnos. Por ejemplo, si no permite a sus alumnos comer chicle, él tampoco debe
hacerlo.
8. Humildad. Un buen maestro por más que se esfuerce puede no ser infalible, como
cualquier persona puede cometer errores. Ser capaz de reconocerlos, admitirlos
y pedir disculpas es una cualidad que siempre jugará a favor del profesor,
aumentando la confianza de los niños en él, ya que le verán como lo que es, un
ser humano.
9. Respeto hacia sí mismo, hacia sus compañeros y obviamente hacia sus alumnos y respectivos
padres. Si hay algo que deben tener en cuenta los profesores es que son un
modelo a seguir para cada uno de los alumnos, que les observan constantemente
como actúan, cómo hablan, cómo se mueven, responden o visten.
10. Responsabilidad ya que trabaja con un material muy sensible: los niños y precisamente
la formación de sus alumnos es el trabajo más importante que tiene que ejercer.
Por eso un profesor responsable llega puntual, prepara bien las clases, motiva
a sus alumnos, es creativo y comunicativo, atento y paciente buscando siempre
lo mejor para todos ellos.
Un buen profesor será aquel que nuestros hijos
recordarán con afecto y agradecimiento años después de dejar las aulas donde
creció y aprendió con él.
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