2. LA EDUCACIÓN ES ESPAÑA. CUESTIÓN DE OPINIONES.
¿...CÓMO VA LA EDUCACIÓN ES ESPAÑA...?
Seguro que en este punto habrá opiniones más fundamentadas que la mía pero creo que puede servir de punto de partida para generar un intercambio de opiniones. Cualquiera de nosotros puede acceder a innumerables encuestas e informes que hablan de nuestro fracaso o nuestra excelencia según los intereses ideológicos del lector.
Más allá de polémicas de informes PISA que son parte de otro tema interesante y gruñidos de cuñados trasnochados, la realidad es que los estudiantes españoles no son ni más ni menos listos que los del resto del mundo, pero el sistema educativo y sus continuas reformas hacen que los alumnos carezcan de algunas de las herramientas esenciales para poder desarrollarse con éxito en su vida y también en muchas de las profesiones que tendrán que desempeñar.
Hablar sobre la educación en España es un tema que merecería un largo debate por su complejidad. Todo lo que rodea al tema educativo desde la propia legislación hasta las tradiciones que pertenecen a nuestra cultura hace que plantear un sistema que tenga cierta base práctica y se aleje de cuestiones teóricas sea casi imposible y ahí es donde debemos aplicar todos nuestros esfuerzos.
Este es un tema que según el CIS no está ni entre los diez primeros temas que le preocupan a los españoles, y sin embargo todo el mundo reconoce, por lo menos de boquilla, la importancia de la educación.
Bien es cierto que no existe una opinión consensuada al respecto, puesto que en última instancia sufrimos la influencia de las ideas y tendencias bipartidistas que han dominado nuestra democracia desde hace 40 años e igual que nuestros representantes políticos somos incapaces de llegar a un acuerdo de mínimos. Como consecuencia directa tenemos la aparición de hasta 8 leyes o proyectos de ley que varían en periodos aproximados de cinco años y que no hacen más que confundir a los profesionales del sector y a los implicados en la educación (alumnos y padres). No dudo de las intenciones de unos y otros en adaptar a lo que según ellos consideran un sistema cambiante que debe avanzar hacia una modernización tanto tecnológica como técnica y organizativa.
En mi opinión y considerando la educación como un elemento efectivo, integrador y principal herramienta de una sociedad moderna para solucionar todos sus problemas, debemos comprender que su desarrollo debería abarcar los núcleos principales de la comunidad en la que tiene lugar. La educación como herramienta socializadora que es, reproduce la cultura, transmite valores, roles y conocimientos. He aquí la importancia de luchar por una educación diferente. No es posible crear un sistema educativo efectivo si no analizamos todos los factores sociales, culturales y económicos de nuestra realidad. Para ello necesitamos el trabajo de sociólogos, psicólogos, pedagogos, representantes del mundo educativo como el profesorado, el alumnado y las familias que comprendan que la educación es algo vivo.
Pensar más allá de países idealizados educativamente con coyunturas estructurales y sociales muy diferentes a las nuestras, tiene que convertirse en un objetivo que podamos aplicar a nuestra propia idiosincrasia. No tenemos el sistema educativo de Finlandia (tal vez sobrevalorado) ni el acceso a la tecnología de otras naciones como Países Bajos o Japón o la disciplina tal vez exagerada de algunos países asiáticos como Corea, pero en mi opinión, deberímos apostar por aquello que sí nos puede favorecer en el desarrollo de un sistema imaginativo, modernizador, dinámico y acoplado a las necesidades de los alumnos en todos los niveles de la educación en España.
Creo firmemente en un sistema público y de calidad donde se defiendan de forma explícita valores como la igualdad la integración y la riqueza de nuestra diversidad que debe ser utilizado siempre de un modo constructivo y no arma de confrontación interregional. El acercamiento e intercambio de cualquier alumno con otras culturas vecinas dentro del mismo país debería ser un pilar básico para poder creer en el enriquecimiento global y formar de esta manera personas libres e instruidas capaces de convertirse en un futuro en elementos con criterios propios que puedan analizar sin ser manipulados la realidad de una sociedad compleja y llena de matices.
Este es nuestro trabajo, la razón de nuestro desarrollo intelectual y nuestra responsabilidad social.
Escribo esto con el fin de suscitar una reflexión sobre un tema que considero capital en la salud de mi cultura como ciudadano de este país y también del mundo. No me cansaré de luchar de forma constructiva por aquello que considero que tiene margen de mejora proponiendo ideas que ayuden a construir un futuro de gente mejor preparada.
Quiero invitar con este texto a reconocer y agradecer el inmenso trabajo de las personas que luchan, dentro o fuera del sistema educativo, por cambiar todo esto y por dar a los miembros de nuestra sociedad ya sean pequeños o grandes las oportunidades para formarse, adquirir conocimientos, aprender y crecer para convertirse en personas. Porque por pequeña que sea una aportación, un cambio, sirve de base para el siguiente, y así poco a poco se puede ir produciendo una transformación en el campo de la educación.
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