1. ¿...QUIÉN SOY...?

HOLA A TODO EL MUNDO


Me llamo Iván y soy un eterno estudiante de la Historia del arte. Para entender esta pasión debo hacer una introducción del contexto familiar donde me crie. 

Pertenezco a una familia de gente bastante divertida donde todos obedecen a una máxima: "...y además..."

Mi padre es electricista ...y además es un humanista que conoce y desarrolla disciplinas muy variadas donde se maneja con la destreza de un experimentado maestro (albañilería, fontanería, matemáticas, física, o dibujo artístico entre otras).  

Mi madre es guisandera (porque la queda corto el título de cocinera) con una habilidad digna de la mismísima Hestia ... y además una grandísima actriz de la vida con un arte que derrama por los poros.

Mi hermana (solo un año más pequeña que yo aunque todo el mundo piensa que es la mayor) es ingeniera industrial superior ...y además una mujer muy inteligente que definiría perfectamente el concepto de alegría.

En este ambiente de creatividad iba a ser muy difícil  no encontrar la inspiración por la expresión artística, así que pronto empecé a dibujar. Con tres años no existía libro en casa que no tuviera una de mis obras, aunque la más reconocida la realicé un año mas tarde. Lo recuerdo como si fuera ayer... todo el pasillo de aquel piso en Torrelago se me presentó como un lienzo infinito que pedía a gritos una decoración mural a modo de grutecos y candelieri renacentistas que la mente de un joven artista creó para llenar aquel inmaculado espacio. 

"El pasillo de mi piso"


El resto de la infancia como podeis imaginar,se redujo a jugar en la calle todo el rato. Aquel barrio nuevo lleno de niños de la misma edad se convertía en un espacio de libertad infinita y diversión desenfrenada.

Luego llegó el insti donde hice nuevos y buenos amigos que ampliaron mi mundo de una forma exponencial y me hicieron darme cuenta de que se podía perder la vergüenza y no era tan grave. También descubrí a un profesor de arte que me dejó gran impronta. A partir de ese curso me prometí a mí mismo que lucharía con todas mis fuerzas para no parecerme en nada a él.

 En esa época mis padres y las necesidades de la vida tuvieron la maravillosa idea de cambiar la tienda de electricidad donde pasábamos algunas tardes con mi madre por un restaurante en que me movería los siguientes 29 años.

Con todas las dudas del mundo adolescente me planté en Salamanca para hacer un examen de dibujo (esta vez en un formato más apropiado) y entrar en Bellas Artes.  Un tiempo después de muchas idas y venidas, clases a distancia y carreras sin sentido, me enteré de que tal vez esta actividad no respondía a la pregunta que me había hecho desde bien pequeño... ¿por qué hacen arte los artistas?. Así que al poco tiempo me matriculé en Historia del arte en Valladolid. 

En la carrera me convertí voluntariamente en una víctima del síndrome de Stendhal. Cada clase era un nuevo precipicio con más cuestiones que certezas al que me asomaba ansioso. No tenía ni idea de que iba a ser de mí, solo sabía que no había vuelta atrás. Sentía la necesidad de leer incansablemente, visitar todos los sitios, entrar en todos los museos y observarlo todo sintiendo que solamente así la vida tenía cierto sentido. Al tercer año conocí a un grupo de enagenados que venían de Italia y de todo el mundo a la vez y volví a enamorarme aún más de la vida. En medio de todo esto un parón obligado de tres meses y un tumor cabrón que sacaron de mi médula.

Cuando salí del hospital decidí que necesitaba ir a ver a toda esa gente que había traído el caos y compartir locura con ellos. Pasé un tiempo en Nápoles donde aprendí el noble arte de vender zapatos y el noble arte de rebobinar cintas de video, y de ahí a Grazz (curiosa manera de entender las diferencias norte-sur) donde desarrollé el noble arte de servir chupitos de colores y de ahí a Londres donde cultivé el noble arte de cocinar Jack Potatoes en un resturante junto a la National Gallery.



Después de este periplo lleno de gente y arte por cada una de las esquinas donde me había movido regresé a España. Hice el CAP (antigua formación que te habilitaba para desempeñar el noble arte de la enseñanza en secundaria) en Burgosy además continué como camarero en mi restaurante y en otros mil bares los fines de semana...




 y además durante 15 años trabajé como profesor y guía de historia del arte y cine para  la Universidad de Valladolid...




y además comencé mi relación de amor con la Seminci (13 años), y además disfruté de un ciclo de charlas sobre la mujer en el arte para diferentes ayuntamientos... 









y además me convertí en padre de mellizos a tiempo eterno...


 



En resumen podría decir que como muchos de vosotros he hecho un montón de cosas que me han llevado a mi vocación como docente y  me gustaría creer que en una vida caben varias y estaría bien que aprendiéramos a caminar por ellas sin correr demasiado

Ahora aparecen nuevos retos montados en un tren que no pasa dos veces, así que volveré a ser estudiante además de un futuro cuentista apasionado de historias llenas de arte.

















Comentarios

  1. Me ha encantado tu presentación, Iván ! Es maravilloso que haya personas como tú, que transmiten pasión y entusiasmo por lo que hacen y aman. Estoy convencida de serás un fantástico profesor y un maravilloso "cuentista".

    ResponderEliminar
  2. Iván, ¿para cuando una visita en vivo a un museo?. ;)

    ResponderEliminar
  3. Holaa Iván, gracias por compartir con nosotros todos tus conocimientos y vivencias, estoy segura que la clase no hubiera sido lo mismo sin ti (ya lo notamos en la Seminci...). Mira que la historia no es lo mío pero estoy segura que habiéndote tenido de profe me hubiera picado la curiosidad sobre algún tema. Eres vocación y entusiasmo. Nos vemos pronto!!

    ResponderEliminar
  4. Cuantas cosas buenas transmites, y cuanto que aprender de ti Iván, ¡gracias!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares